Santiago, abarrotada por los miembros del Camino Neocatecumenal

Santiago, abarrotada por los miembros del Camino Neocatecumenal: La Jornada Mundial de la Juventud ha guiado a miles de cristianos hacia Portugal desde su llegada hace dos días. Ante tal peregrinación, gran parte de estos creyentes ha hecho de Santiago una parada obligatoria en su encuentro con el líder religioso. La Plaza de la Quintana se avivó con creyentes que hablaban diversas lenguas como inglés, francés o croata; prueba de ello fue la larga cola de gente que aguardaba ante la entrada de la Catedral conformada por grupos de distintos países del Camino Neocatecumenal. Este itinerario de iniciación católica conformado por pequeñas comunidades surgió en España en los 60 y, desde entonces, se han extendido por todo el mundo para regresar en momentos especiales como este.

150 de estos visitantes conformaban a los miembros de la parroquia de Guatemala. Aterrizaron hace dos días al aeropuerto de La Coruña para poder estar la mañana siguiente en Santiago. Entre ellos se halla Francisco Ojea, quien se define como alguien que se dedica “sólo a estudiar y trabajar” a sus 28 años. Destaca entre la mayoría, al portar una gran bandera de su país ajustada en su mochila. A pesar de un tiempo que oscila entre el calor y la amenaza de lluvia, Francisco mantiene en su lento avance por el deseo de conocer la Catedral. “Verla y ver un poco más de la historia de Santiago; para que me ayude en mi conversión o sólo para conocerla. Cualquier conocimiento me puede ayudar en cualquier cosa”. No muy lejos, Rudy Ramos, de 28, comparte el interés de Francisco en esta experiencia única que les ha brindado recuerdos únicos, como el baile que realizó en medio de la plaza junto a decenas de sus compañeros. “Estuvimos haciendo cantos del Camino. Danzamos y cantamos aquí mientras hacíamos la cola”.

“Estos bailes se hacen siempre en las eucaristías y las convivencias. Había unos españoles que empezaron a hacer unas danzas distintas, pero nos acoplamos a eso”, cuenta Bárbara Flores Polaco, una “emprendedora de chocolate y cacao de 21 años”, junto a su amiga Ana Lucía Figueroa, estudiante de 24 años ingeniería química de la universidad Juan Carlos de Guatemala. Ambas comulgan con alegría la necesidad de hallar en Santiago y Portugal algo único para sus vidas. “Nos comentaba el sacerdote que se han hecho bastantes milagros; que a un hombre, al que le quitaron la pierna, de repente se le volvió a aparecer”, narra Ana Lucía.

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FUENTE: EL CORREO GALLEGO