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Del spanglish al itañol

Escrito por el 19 de septiembre de 2023

«En el camino cabemos todos», decía hace un tiempo un africano que, siendo musulmán, decidió hacer una de las peregrinaciones católicas más populares. Con cientos de kilómetros andados, ya conocía cuando llegó a Foncebadón (unos kilómetros después de Astorga) que si algo abunda en el Camino de Santiago es la diversidad. Hay infinitos paisajes, climas, costumbres y, también, lenguas por doquier.

Cada quien camina con su mochila y lleva a cuestas su historia. Cada quien llega al punto de partida -sin importar cuál elija- con sus motivaciones y sus tradiciones. Cada quien habla su idioma y tiene su propio acento. Y eso es algo sorprendente. Aunque más de la mitad de los peregrinos que llegan a Santiago -a pie, en bicicleta, a caballo o incluso en patineta- sean españoles (y otro tanto proviene de países de habla hispana), son muchos -decenas de miles y aún más- los que no saben decir más que «Por favor», «Gracias» y «Buen Camino» -tres expresiones claves en este recorrido- en español.

El Camino de Santiago -título que, en realidad, agrupa muchos recorridos con destino en Santiago de Compostela– es una suerte de torre de Babel, aunque en el sentido inverso ya que todo tiende a la comunicación. En las dos semanas que estuve en Domus Dei -el albergue parroquial- hablé con personas de todo el mundo. Usé principalmente mi lengua -el español-argentino-, pero también tuve buenas charlas en inglés -agradecí, una vez más, las clases que odiaba cuando era chica-, en francés -porque algo sé de esa lengua que amo- y en un montón de idiomas inventados por la necesidad (y, más aun, el deseo) de comunicarnos.

Acá viven sólo 18 personas y aun así el pueblo es bien conocido entre los peregrinos. Qué sea tan pequeño y acogedor lo hace especial, pero también es atractivo por ser la última población antes de la Cruz de Hierro, uno de los puntos más altos en el camino francés que une Pirineos con Santiago de Compostela, a dónde los peregrinos suelen dejar una piedra representando aquello que les pesa: para algunos, historias que son una carga; para otros, un deseo muy profundo; para unos más, nombres de personas -que están o ya no-. También hay gratitud en esa montaña de piedras que se alza alrededor de la cruz.

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FUENTE: MDZOL

 


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