El jienense que hizo corriendo el Camino de Santiago
Escrito por Ernesto Diaz el 5 de marzo de 2021
El jienense que hizo corriendo el Camino de Santiago: Cuando llevas corriendo 33 o 34 kilómetros se levanta ante ti el llamado ‘muro del maratón’: el cerebro te pide que pares. Científicamente está demostrado que el cuerpo es incapaz de obtener energía igual, agotadas las reservas de glucógeno.
Psicológicamente hay que ser muy fuerte para continuar. Aún quedan ocho kilómetros. Es de una dureza que solo los que han hecho alguno saben realmente lo que es esta ‘pared’. Aun así, si no lo han corrido nunca, traten de imaginar que hoy pasan por eso. Y mañana otra vez. Y pasado (y les llueve y corren sobre barro). Y al otro. Y al otro.
Es lo que ha hecho el jienense Antonio Cazorla con la iniciativa solidaria Five4Down:cinco maratones consecutivos, en cinco días, para completar el Camino de Santiago en plena pandemia gracias a un salvoconducto. Un desafío (salvajada) de 210 kilómetros y 24 horas corriendo en total cuyos beneficios irán a parar íntegros a la Asociación Síndrome de Down de Jaén y provincia.
«El día a día ha sido una pasada. Me tiraba horas solo completamente. No había nadie haciendo el Camino. Teníamos el salvoconducto para hacerlo, que no fue fácil, por la Asociación Síndrome de Down. Rebosaba paz. Cuando me levantaba tenía ganas de correr. Se lo decía a mi novia y a la gente que me telefoneaba. Y me llamaban loco», ríe el jienense.
No fue fácil completar la locura. «Recuerdo sobre todo el tercer día, el típico gallego de lluvia, frío, yendo por cañadas reales que metías el pie hasta el tobillo de barro. Me perdí y tuve que hacer 48 kilómetros hasta el punto más alto del camino de invierno», rememora.
El jienense que hizo corriendo el Camino de Santiago: Al llegar a su destino empezaba el tormento. «Me pegaba unas palizas por la tarde para recuperar:aunque no me apetecía daba un paseo para soltar las piernas, duchas de agua fría para la inflamación, una máquina de presoterapia casera durante media hora, un rulo de descarga de músculo que duele muchísimo, eso sí que es sufrir, un batido recuperador y Míriam, mi novia, trataba de darme masajes», explica. A ella, su acompañante fiel, le debe gran parte del éxito de la empresa.
FUENTE: EL IDEAL