La hospitalidad de San Roque
Escrito por Ernesto Diaz el 20 de agosto de 2022
La hospitalidad de San Roque: “Lo que más me gustaba era el trato con la gente. Venían, les recibía, les sellaba la credencial, los inscribía en un registro, les acompañaba, bajaba con las llaves y les decía cómo actuar en un sitio donde no había ni luz ni agua corriente. Pero estaba limpio, con alfombras extendidas y, sobre ellas, colchones, con sillas para dejar ropa. Les proporcionábamos hasta las bolsas de la basura”. María del Perpetuo Socorro Muñoz, a quien todo el mundo conoce en Zamarramala como ‘Soco’, gestionó hasta 2010 el albergue de la localidad, que hasta ese año se encontraba en la ermita de San Roque. Más tarde, el Ayuntamiento de la capital construyó uno nuevo totalmente equipado.
Fue hace más años cuando la asociación de vecinos y la Junta Vecinal, ambas presididas por ‘Soco’, trabajaron para que este pueblo “volviera a ser Camino de Santiago y los peregrinos pasaran por aquí y pararan”, a pesar de los “escasos recursos” con los que contaban. “Lo único que teníamos, en vez de dejarles en un pajar, era la ermita de San Roque”, recuerda. Según la leyenda, este santo había pasado por la localidad en tiempos de los Templarios y fue él quien ejerció de hospitalero y curandero en este enclave entre Madrid y Sahagún. La antigua hospitalera narra que el Ayuntamiento prestaba unos “servicios portátiles”, convertidos en “aseo con calentador de agua”. “Era gente encantadora”, destaca, para añadir nunca se cobró nada, solo “la voluntad”. “Teníamos un cepillo que era de la antigua ermita. Si querían dejar algo, bien, y si no, no se obligaba, porque las condiciones no eran para cobrar. Se iban contentos”, destaca. Sin embargo, el lugar es tan especial que “solo por ver el amanecer desde allí algunos pagaban”.
‘Soco’ defiende que el Camino “para cada persona representa una cosa”, pues algunos lo “hacen por cumplir una tradición, otros por auténtica fe, creyendo en el Apóstol Santiago, otros con una espiritualidad distinta”, pero asegura que en la Catedral compostelana “pasa algo, hay una energía superior”.
FUENTE: EL ADELANTADO