El peregrino superviviente a las heladas lluvias de Noruega
Escrito por Ernesto Diaz el 5 de septiembre de 2022
Más de 5.700 kilómetros en dos meses y medio. Es el resumen de la travesía de Félix Ávila, un toledano de 74 años, afincado en Barcelona y que se declara apasionado del Camino de Santiago. Ayer obtuvo su compostela número 23 después de completar la Ruta entre Trondheim, Noruega, y la plaza del Obradoiro, donde le esperaban sus tres hijos y cinco nietos para brindarle una calurosa bienvenida al emocionado abuelo.
Bélgica y Francia, hasta llegar a Roncesvalles, donde continuó hasta Santiago por el Camino francés. “Confieso que a los pocos días de empezar si me pusieran un avión regresaba sin dudarlo. Fue muy duro adaptarse al clima de Noruega. No paraba de llover y me perdí en más de una ocasión”, relataba ayer Félix en conversación con EL CORREO tras llegar a Compostela.
Ha hecho el Camino andando en varias ocasiones, pero esta vez se decidió por la bicicleta. “En el norte de Europa no hay nada marcado, tenía que guiarme por el GPS. El primer día, como no encontraba el camping donde preveía alojarme, recorrí 145 kilómetros; luego, una media de ochenta cada día”, comenta, al tiempo que apunta que las primeras jornadas “fueron de auténtica supervivencia. Allí si encuentras un supermercado es mejor que pares y te aprovisiones, porque nunca sabes dónde va a estar el próximo. A veces en los mapas marcan un pueblo que es en realidad una parada de bus”.
Explica que “con el paso de los días me fui adaptando al clima” y poco a poco la travesía se fue haciendo más agradable. No obstante, insiste en que ha sido un auténtico superviviente. “Sin saber idiomas, llegaba a los sitios y trataba de arreglármelas con el traductor, aunque en el norte eran bastante reacios a colaborar y a hablarle al traductor para que yo me enterase de algo”, indica este catalán de adopción que manifiesta sentirse muy orgulloso de ser español.
FUENTE: EL CORREO GALLEGO