Compostela y sus fuentes no tan conocidas
Escrito por Ernesto Diaz el 6 de septiembre de 2022
Antiguamente las fuentes se situaban en las plazas y los lugares más céntricos de las ciudades para, de esta forma, abastecer a los habitantes de las mismas e hidratar a sus animales.
Las fuentes han aparecido en nuestra sociedad desde las civilizaciones más remotas y cumplieron una función socializadora tremendamente importante ya que al ser un lugar en el que se daban cita los habitantes de la ciudad, esto propiciaba las relaciones sociales de la comunidad y servían como punto de información para conocer las últimas noticias, las novedades del mercado y, por supuesto, todos los chismes y cotilleos que preocupaban (y preocupan) al común de los mortales.
Compostela, como buena urbe que se precie, cuenta con un buen número de fuentes. En concreto y aportando datos numéricos, Santiago tiene 20 fuentes ornamentales y 143 bebederos en los parques públicos y parroquias rurales. De esas fuentes solo seis ornamentales y ocho bebederos tienen agua potable por estar conectadas a la red de manantiales y cuyas aguas son sometidas a estrictos controles y análisis en los que se tienen en cuenta la observación de los parámetros sanitarios pertinentes como la turbidez, la conductividad, el amonio o el ph.
Lo cierto es que, pese a que precisamente las fuentes históricas ornamentales con agua potable son las que están situadas en los lugares más emblemáticos y con mayor número de visitantes y turistas (San Roque, Platerías, Cervantes, Mazarelos, Plaza de Toural y el paseo de la Alameda), lo curioso es que no se suelen emplear para refrescarse, no sabemos si por desconocimiento o por falta de costumbre, quién sabe. Lo que sí se puede observar es que muchos vecinos recogen en botellas de plástico agua de otras fuentes (la mayoría con agua no potable) para su uso en domicilios, imaginamos que para tareas de limpieza o para dejar en las puertas de las casas, invitando así a los dueños de mascotas a que limpien los orines que acostumbran a acumularse en las fachadas.
Pero sin tener en cuenta que se trate de fuentes con agua potable ni de su estado actual, lo que si es cierto es que Santiago tiene fuentes casi en cada esquina y algunas de ellas no son tan conocidas. Hoy recogemos algunas de las que quizás hayan pasado desapercibidas para sus ojos pero que llevan mucho, pero que mucho tiempo, entre nosotros.
Fuente del Camino
Situada en la entrada del Camino Francés a la zona monumental de Santiago. Tal y como consta en la inscripción que aun hoy se puede leer, esta fuente que vemos hoy es del año 1834, cuando el ayuntamiento la elevó para reedificar la anterior (de la que se desconoce descripción alguna) y adornó con motivos llamativamente religiosos, como un cáliz.
Fuente de la Angustia
Situada en la rúa do Campo da Angustia, la fuente de San Mauro pertenece al conjunto de la Capilla de la Quinta Angustia y el santo que está representado en ella es una réplica de otra imagen que se puede contemplar dentro de la citada capilla. Dentro del barrio de San Pedro es la única fuente que tiene cierta pretensión de fuente monumento contando con hornacina clásica con imagen de cuerpo del Santo en piedra de granito. Se cree que fue construida entre los siglos XVII y XVIII.
Fonte Sequelo
La calle en la que se sitúa esta fuente es una de las más empinadas de Santiago y encontrarnos con este reducto de hidratación es un alivio. Justo en la mitad de la calle está situada esta fuente cuyos orígenes se remontan a comienzos del siglo XVI puesto que hay constancia escrita del cambio de caño de la misma, por estar el anterior deteriorado. Nunca se consideró agua potable.
FUENTE: EL ESPAÑOL