De la capital del reino a la Gloria
Escrito por Ernesto Diaz el 20 de octubre de 2022
Aunque se trata de una de las rutas xacobeas menos transitadas, el Camino de Santiago Madrileño descubre al peregrino las virtudes naturales, históricas y arquitectónicas de algunas de las ciudades y pueblos más destacados de Castilla. A través de este recorrido se conecta Madrid con Segovia y Valladolid, previo paso por multitud de pueblos en los que el legado se respira a pesar de la despoblación. Planificar cada etapa es fundamental para saber qué ver y cuánto tiempo es necesario dedicar a cada lugar, así se podrá susurrar al oído del apóstol todos los detalles de la travesía.
Etapa 1: Madrid ciudad
Como no podía ser de otra forma, el Camino de Santiago Madrileño comienza en la iglesia homónima de la capital, a escasos metros de la Catedral de la Almudena y el Palacio Real. A pesar de que su nombre oficial es iglesia de Santiago y San Juan Bautista de Madrid, las referencias al apóstol prevalecen gracias al friso de la entrada y la obra de Francisco Rizi en la que se le representa como Santiago Matamoros.
Etapa 2: de Madrid a Colmenar Viejo
Por el concurrido Anillo Verde que circunda Madrid discurren simultáneamente, aunque a diferente ritmo, ciclistas, paseantes y los peregrinos que se dirigen a la Plaza del Obradoiro. Esta senda marca el inicio de la segunda etapa del Camino de Santiago Madrileño, una ruta en la que las fincas ganaderas y el bosque mediterráneo, con el Monte del Pardo como ejemplo paradigmático, copan el paisaje que rodea la ciudad. Con la Sierra de Guadarrama como objetivo, los peregrinos guían sus pasos a través del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, territorio por el que se extienden los caminos que llevan a la localidad serrana de Colmenar Viejo, destino final de esta etapa y donde se asienta la ermita de Santa Ana, templo idóneo para descansar y acoplar el ánimo al espíritu de la ruta xacobea.
Etapa 3: de Colmenar Viejo a Cercedilla
Partiendo desde Colmenar Viejo, los pies dejan el asfalto para asentarse sobre vías pecuarias. Antes de llegar a este terreno, donde es más habitual cruzarse con ganado que con transeúntes, es recomendable descubrir la villa madrileña otorgándole el tiempo que merece, sobre todo para contemplar la basílica de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los edificios religiosos más destacables de la zona.
Ya con la marcha emprendida, el puente del Batán, que salva el paso del Manzanares, es otro de los iconos de este tramo del Camino de Santiago Madrileño, sobre todo tras la restauración que palió el olvido al que se había visto sometido. Tras varios kilómetros de recorrido se alcanza Manzanares, localidad que alberga un patrimonio digno de ver con esmero, como el castillo de los Mendoza o la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, antes de dirigirse a Cercedilla, punto final de esta etapa.
Etapa 4: de Cercedilla a Segovia
Más vale haber descansado para afrontar la cuarta etapa del Camino de Santiago Madrileño, pues se trata del tramo más duro de todo el recorrido. El motivo es el ascenso a puerto de la Fuenfría, el Everest de todas las rutas xacobeas al ser el punto de mayor altura con sus 1792 metros. Durante el ascenso se transita por sendas históricas como la Vía XXIV, la calzada romana llamada Antonina, o la calzada borbónica, por donde la realeza llegada a la La Granja de San Ildefonso. En caso de que los peregrinos quieran profundizar en la historia de estos caminos, el Centro de Visitantes Valle de La Fuenfría ofrece todos los detalles relacionados con este histórico enclave de la sierra. Ya del lado segoviano y cuesta abajo, los pinares de Valsaín alivian la llegada al Real Sitio de la Granja.
FUENTE: GUIA REPSOL