‘Per Viam’, para encontrarse en el camino
Escrito por Ernesto Diaz el 10 de julio de 2023
Eloy Rubio Carro: Si hacemos un recorrido por la exposición ‘Per Viam 4’ lo primero que vemos son ventanas, capiteles, piedras de cantero románicas, gremiales, encriptadas como para iniciados; pero a nada que nos detengamos observamos una disparidad, un contraste, una nueva marca de ‘Cantero artista’ que se superpone y modifica el sentido del original. ¿Qué oculta o enseña esa intervención? ¿Podría ocurrir que consiguieran ambas cosas, ocultar y enseñar a un tiempo?
Ángel Cantero: Lo que has dicho, hay una parte visible y otra oculta. Y en esta exposición se navega entre esas dos aguas. Por un lado queda lo visible. La mayoría de los motivos están tomados de iglesias y monasterios sobre todo del siglo XII, aunque también hay cosas prerrománicas y de otros siglos. Entonces esas piedras, esas imágenes en los capiteles no eran otra cosa que una Biblia en imágenes a la vista de los fieles y devotos que las vieron construir y tallar en su día, y de los viajeros de hoy, que las descubren con fascinación; pero a la vez todas ellas encierran esa parte de misterio que se nos escapa, de enigmas que pueden ser inalcanzables por desconocer los códigos de ese lenguaje. En definitiva, es un encuentro con “la lengua de los pájaros”.
Mmm, ya, entonces ahí hay una búsqueda. Por ejemplo el cuadro ‘Evidencia Moreruela’ muestra las marcas de dos cruces de San Juan, una flor de lis enmarcada en un círculo, pero a eso le añades una marca actual, un ‘signo propio’; una lucerna encendida. En ‘Evidencia Santianes’ a la reproducción de los sillares de piedra erosionados le añades un pequeño reloj de arena. De repente aquello ya no es aquello, sino otra cosa, pero no es ya una cosa, sino una vibración a espera de contenido, como dirían filósofos franceses un significante vacío.
En primer lugar esa serie. En las distintas series que he pintado de esa temática, he hecho piezas que son un guiño a los cuatro elementos, y en estas pinturas, que titulé ‘Evidencias’, aparecen representados a veces de forma visible y otras de forma más velada, a través de elementos descontextualizados con los que yo juego con el receptor de mi pintura. Esos cuatro elementos quizá son lo más obvio, lo evidente; pero también son un poco lo que dices, un significante vacío lanzado a ese visitador cómplice que, con suerte, le otorgue un nuevo significado en función de sus inquietudes, o de su conocimiento. A mí me interesa que la obra sea polisémica, no me interesa una obra con una sola dirección y un significado muy acotado y que la gente tuviera que llegar a una conclusión única. Me parece que hay que dejar abierta la vía para que haya distintas lecturas de esa misma obra. Ahí, en el ejemplo que pones de ‘Evidencia Santianes’ aparece esa llamita, el fuego, pero también como un elemento efímero, la llama que se apaga rápido, siendo a un tiempo un elemento eterno…
FUENTE: ASTORGA REDACCIÓN