A vueltas con los chinches en el Camino

A vueltas con los chinches en el Camino: La globalización provoca que cualquier problema que aparece en un país encienda las alarmas por si nos puede llegar a nosotros, más aún si se trata de un país vecino. Desde hace ya semanas, Francia se enfrenta a una plaga de chinches que afecta a varias zonas del país, especialmente a la capital, París. Plagas que ya han comenzado a extenderse, favorecidas por las altas temperaturas, por algunas regiones de España, como el País Vasco.

Se trata de los conocidos como ‘chinches de cama’, pequeños insectos que se alimentan de la sangre de las personas, aunque también pueden picar a otros mamíferos o aves. Aunque la introducción de pesticidas a mediados del siglo pasado redujo mucho su incidencia, en los últimos años, sus infestaciones se han vuelto cada vez más frecuentes en los países desarrollados. Ello se explica, en parte, por la mayor movilidad internacional de la población, la mayor densidad de población en las grandes ciudades, el aumento de la resistencia de estos parásitos a algunos pesticidas y la prohibición de otros.

Acudir a empresas empresas especializadas

Alberto Abad, director técnico de la empresa ‘Nueva sanidad ambiental’, explica que “han aumentado su trabajo para atajar este tipo de plagas. Aseguran que las principales causas de la presencia de chinches son las altas temperaturas, pero advierten también de los muebles de segunda mano y el reciclaje”.

Abad advierte de que “lo fundamental es acudir a empresas especializadas que realicen un diagnóstico y ofrezcan soluciones, ya que el uso de determinados biocidas, sin los conocimientos necesarios, puede generar problemas para la salud de las personas”.

Los chinches llevan a cabo su ciclo biológico dentro de los domicilios y edificios, en ambientes tanto rurales como urbanos y de cualquier estatus social o económico.

De hecho, en los últimos años, están siendo comunes las infestaciones en hoteles, albergues y casas. Estos parásitos también pueden estar presentes en el transporte público, ya que viajan entre las maletas, ropas y enseres de los turistas y viajeros.

Como evitan la luz, durante el día, “se cobijan en los colchones, estructuras de las camas, sofá y textiles -sábanas, mantas, almohadas, cojines, prendas de ropa… También pueden cobijarse tras el papel de las paredes o de los cuadros que cuelguen de ellas, en los rodapiés, enchufes, en las grietas de los muros y suelos, en los libros, electrodomésticos, enchufes…”

Somos una tierra de paso, en medio del Camino de Santiago, y los albergues riojanos están alerta. Juan Cruz Cabrito, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, asegura que “hace ya mesas que estamos reforzando las medidas de vigilancia y de control, con el uso de biocidas preventivos, con una comunicación permanente entre los albergues del Camino y con la desinfección inmediata de todo el equipaje y ropa de un peregrino que acuda con picaduras sospechosas”. Por el momento, “no hemos tenido ningún problema, y se espera que, con el final del calor, el riesgo disminuya”.

Desde la dirección general de Salud Pública, su titular, Eva Martínez, asegura que “por ahora no existen plagas en La Rioja, eso sí, hay que tener precaución con los dormitorios y con las zonas de mucha afluencia de personas. Y en cuanto a la picadura… Se produce por la noche, nos puede producir alergia, pero no transmiten enfermedades. Eso sí, pueden generarnos estrés o ansiedad”.

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FUENTE: CADENA SER