Madre, abuela y mujer de bandera. Rosa Mari Pérez está cumpliendo un sueño que tuvo de joven y no era otro que recorrer a pie los más de 2.600 kilómetros que separan Zurich (Suiza) de Caldelas de Tui, su parroquia natal. Era desandar el camino emprendido hace ahora 40 años, cuando ella con solo 18 cogió la maleta para emigrar en busca de un futuro.
Era la pequeña de 9 hermanos y no ocurría que necesitasen el dinero en casa, pero ella quería “probar otras cosas” y se fue a Suiza con un contrato de dos años, que terminaron convirtiéndose en una estancia de 30 años, en la que tuvo dos hijas y dos nietas. Ahora su vida se reparte entre Caldelas y Suiza.
Cuando planteó la aventura en casa, sus hijas sabían que era muy capaz y si les sorprendió algo fue que consiguiese llegar en tan buena forma. El próximo martes llega a Santiago de Compostela, porque es una peregrina del camino francés, y de ahí saldrá para Tui y finalmente a su parroquia, Caldelas, después de cuatro meses de viaje.
Lo que recaude por kilómetro, a través de una plataforma de crowdfunding, será para una casa de mujeres maltratadas y niños sin hogar. Además, dedica el camino a los inmigrantes, porque ella conoce lo duro que resulta, y también a la unidad de la familia, un valor que en su opinión se está perdiendo en la sociedad actual aunque no es su caso.
Los primeros días, allá por febrero, fueron “un poco durillos” porque se trataba de subir y bajar por los Alpes, pero asegura que “cuánto más caminas más se adapta el cuerpo, y yo llevaba dos años entrenándome para esto”.