El «calvario» de las plagas de chinches del Camino

Varias ciudades de Francia, en especial París, están viviendo un “auténtico calvario” con las chinches. Así lo ha descrito la primera ministra gala, Élisabeth Borne, que ha anunciado la creación de un observatorio especializado para investigar la causa de esta plaga. «La infección de una vivienda puede ser un infierno para los que viven allí, además de ser costoso», señaló Borne. En la capital francesa, según estadísticas oficiales, afecta ya al 11% de los hogares y, además, las chinches han colonizado las salas de cine, el metro parisino, institutos y otras instalaciones públicas. Las autoridades están especialmente preocupadas por su presencia nueve meses antes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024. La ciudad, una de las más densamente pobladas de Europa, busca soluciones  a este problema que es fundamental atajar a tiempo.

En el Camino de Santiago, las conocidas como chinches de cama –Cimex lectularius– son una plaga común en los albergues, y el flujo constante de peregrinos favorece su propagación. Estos pequeños insectos, de hasta 5 o 6 mm de tamaño, se desplazan fácilmente de una mochila a otra y de un alojamiento a otro sin ser detectados. Aunque su presencia no es, en general, alarmante, de tanto en tanto salta la noticia de algún caso. Uno de los últimos, este pasado mes de agosto cuando un grupo de 43 peregrinos terminó durmiendo en el polideportivo de Arzúa después de encontrarse con una infestación de chinches en el albergue privado donde planeaban pasar la noche.

¿Qué son las chinches de cama?

Las chinches de cama son insectos hematófagos que se alimentan principalmente de sangre humana, pero también de otros animales domésticos. Suelen picar durante la noche y son difíciles de detectar debido a su pequeño tamaño (2-5 mm) y su habilidad para esconderse en lugares inaccesibles. Se encuentran comúnmente en instalaciones turísticas, albergues, hoteles, hostales, cuarteles y apartamentos turísticos, donde hay mucha gente que duerme junta o lugares concurridos. La buena noticia es que no se ha demostrado que transmitan enfermedades.

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FUENTE: EL CORREO GALLEGO