El Camino se convierte en «competición»
Escrito por Ernesto Diaz el 13 de agosto de 2021
El Camino se convierte en «competición»
Una competición de peregrinos, así es como se refieren a su experiencia en el Camino de Santiago Fernando, Miguel y Elías, tres viajeros que emprendieron esta aventura sin saber que principalmente harían las etapas de noche para poder encontrar un sitio donde dormir.
Fernando, para el que esta aventura supone su primer peregrinaje, comenzó en solitario en Ponferrada pero, en la siguiente etapa, conoció a los que serían sus compañeros de viaje. Cuentan que la ruta se está dificultando mucho por la «falta de plazas y la saturación en los alojamientos». Especialmente, los tramos con cuestas y subidas son los más duros, por lo que siempre van acompañados de una linterna que los ilumina durante el trayecto y con la que intentan «evitar tropezonas y caídas».
Hacen el camino de noche
Debido a la reducción del número de camas en los albergues, que mantienen el aforo al 30% con motivo de la situación sanitaria y a que muchos permanecen cerrados tras la pandemia, los servicios sufren desde hace semanas un colapso. En este sentido, afirman que «los que más madrugamos» son los que consiguen plaza ya que en los públicos no se pueden hacer reservas y se accede por orden de llegada, por lo que deben estar durante varias horas «guardando la fila».
Aunque los hospedajes suelen tener el horario de apertura a la una del mediodía, aseguran que en muchos de ellos a los 20 minutos ya no queda sitio. Por ello, algunos días y a las 3 y media de la mañana ya han empezado etapa. Pero estos tres caminantes, procedentes de toda la provincia ya que Fernando es de Aragón, y Elías y Miguel vienen de Granada y de Mallorca, respectivamente, no son los únicos con problemas. Ya se encontraron con varias parejas que también se echan a andar a las 5 de la mañana.
Algunos duermen en la calle
En algunas jornadas, los caminantes dependen de la hospitalidad de los vecinos para no acabar «durmiendo en raso», o dependen de la suerte de que en algún concello les habiliten polideportivos, como ocurrió en Pedrafita hace unos días. En este municipio de Os Ancares los tres viandantes se quedaron sin plaza para pasar la noche, por lo que decidieron acudir a la iglesia a pedir ayuda. Finalmente, el alcalde y el párroco los llevaron hasta el pabellón del colegio donde, junto a más viajeros que tampoco tenían alojamiento, pasaron la noche. Por el contrario, otros caminantes se hospedan en cámpings e incluso, los menos afortunados, acaban por descansar en la calle, como un joven al que conocieron que dormía en «una especie de hamaca colgada entre árboles».
FUENTE : LA VOZ DE GALICIA