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Historia del camino olvidado hacia Santiago

Escrito por el 29 de marzo de 2022

Historia del camino olvidado hacia Santiago: Antes que el Camino Francés se convirtiese en la vía principal de peregrinaje a Santiago, existió uno que unía Bilbao con Villafranca del Bierzo (León) que discurría entre montañas y valles, más protegido del peligro musulmán. Abandonado durante siglos, recupera ahora su itinerario con 22 etapas y unos 650 kilómetros que pasan por tres Comunidades: País Vasco, Cantabria y Castilla y León.

En los años 70 conocí a Elías Valiña, cura de O Cebreiro (Lugo), el primero que señaló la ruta jacobea. La historia es de sobra conocida. Como no encontró pintura blanca, consiguió gratis amarilla de unas obras, y de ahí el color de las señalizaciones hoy día. Cincuenta años después José Antonio Cuñarro, que fue minero y ha recorrido como peregrino todos estos caminos históricos, ha marcado, también en amarillo, esta antigua ruta.

Es el Camino Olvidado, al que antes se llamaba ‘Camino Viejo’.

Junto al Primitivo y el de la Costa, es de los más antiguos. Del siglo IX al XII fue muy utilizado, pues muchas de sus etapas transcurrían por buenas calzadas romanas. Cuando el Francés tomó importancia se fue abandonando, pero nunca desapareció del todo. De su importancia habla el hecho de que, solo en la provincia leonesa, atraviesa cuatro reservas de la biosfera. El historiador Jacinto Prada, junto con José Antonio Cuñarro, llevan años recuperando el antiguo trazado y conocen bien la historia de lo que ha vuelto a ser desde 2015 senda desbrozada y accesible. Ambos formaban parte hace años de El Foro Amarillo, una de las webs más populares de peregrinaje de España.

Entre las muchas historias del Camino destaca, allá por la etapa 11, ya en León, la de San Martín de Valdetuéjar, con una bella iglesia románica con sirenas esculpidas. Se dice que unas peregrinas sedujeron a monjes del monasterio de San Martín y el abad Guillermo las transformó en sirenas del río Tuéjar y a los monjes les obligó a levantar una iglesia en cuyos capiteles y aleros se ven sirenas. No hay mal que por bien no venga. Si se pasa por allí el día de San Juan se las oye cantar. Eso es lo que dicen.

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FUENTE: ABC


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