Las historias viajan. El Camino abarrota las calles de Santiago con sus peregrinos. Quien esté dispuesto puede hacerse eco de anécdotas de todos los rincones del mundo con sólo acercarse. Uno de ellos descansa sentado junto a los compañeros de viaje que acaba de conocer en los últimos cuatro días de un trayecto de más de 1.300 kilómetros. “¿Tienes dos semanas?”, responde al preguntarle por las historias de su vida y peregrinaje. Jean-Michel Belliard despliega el libreto como prueba de su paso por las múltiples paradas del camino de Saint-Jacques. Su recorrido empezó en Vannes, localidad francesa en la que trabajaba como cocinero y camarero en un restaurante. Sin ningún compromiso o familia que le atasen, Jean Michel inició sus primeros pasos con la emblemática cruz de su ciudad sin más dinero ni apoyo que su optimismo. “Cuando vas por el Camino así, lejos de la sociedad, puede que te encuentres con tu auténtico yo”. A sus 54 años, la odisea de este francés le ha movido por lugares tan dispares como La Rochelle, Burdeos, Lourdes, Baiona y San Sebastián, dejándose guiar por la providencia. Al definir su periplo, no duda en describirlo como “cultural, deportivo y espiritual”.
Habiendo realizado un trayecto similar hasta Assisi (Italia) en 2016, esta caminante ha acumulado numerosas experiencias. Una noche en Anguleme, pueblo francés afamado por su festival de cómic europeo, este peregrino fue testigo de un acuciante suceso a mitad de la noche: un intento de suicidio. Una mujer había saltado del puente sobre las aguas del río. A pesar de su mochila de 25 kilos, Jean-Michel la socorrió y dedicó las siguientes horas de su vida a escuchar sus problemas. Esta empatía también le sirvió al conversar con un exconvicto acusado de asesinato a quien le cedió su oído tras haber salido de la cárcel.
En Santiago, al llegar la hora de comer, Jean-Michel y sus compañeros se dirigen a la Cocina Económica en Rúa Travesa 13. Sus conversaciones fluyen entre lenguas con una mezcolanza de acentos heterogéneos. Francés y español predominan, pero el grupo confiesa que su dominio engloba el inglés, portugués y alemán, entre otros.
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FUENTE: EL CORREO GALLEGO