Lo de la Plaza del Obradoiro es una ¡¡¡VERGÜENZA!!!

¿Alguien puede dudar a estas alturas de que la Praza do Obradoiro y espacios aledaños se han convertido en un gran pícnic? En la meta de llegada de miles de peregrinos se ha visto de todo estos días, desde botellones con bebidas alcohólicas hasta comidas en grupos más o menos numerosos de visitantes, sobre todo peregrinos, algunos de ellos en bañador y descalzos. También, una tienda de campaña, todo ello en el Obradoiro. Junto a la puerta de Azabachería de la Catedral, un numeroso grupo de personas durmiendo en sacos de dormir. Y, la última (hasta el momento), una comida elaborada con cámping gas en la calle Raxoi, en las escaleras que dan acceso al Obradoiro, en un lateral de la monumental plaza.

Esta nueva modalidad de actos incívicos que están sorprendiendo y alarmando estos días a los compostelanos fue protagonizada por un grupo de scouts que probablemente forma parte del tránsito de grandes grupos de jóvenes que hacen alto en la ciudad del Apóstol rumbo a Portugal, para asistir al encuentro con el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, del 2 al 6 de agosto. Los protagonistas de este pícnic, una decena de jóvenes, descargaron sus mochilas y, ataviados con impermeables por la lluvia de este viernes en Santiago, esparcieron sobre la piedra los táper con su comida y un cámping gas portátil con el que se pusieron a elaborar o calentar sopa en una pota.

Estas prácticas se llevan a cabo sin, aparentemente, la intervención de la Policía Local compostelana, pese a que hace ya casi un mes el Concello decidió reforzar la vigilancia, a cargo del cuerpo municipal, en la Praza do Obradoiro para informar a los visitantes de que todas estas prácticas están prohibidas en Santiago para todo el mundo, tanto para los compostelanos como para quienes visitan la ciudad. Pero ante la evidencia de que nada pone freno a estas actitudes, el gobierno municipal habla ya de aplicar sanciones «directamente» a quienes incumplan. Ya hay ordenanzas municipales que sustentan la imposición de multas y que se aplican normalmente, como la que prohíbe consumir bebidas alcohólicas en la calle, con sanciones económicas que oscilan entre 60 y 300 euros. «Si se multa a los compostelanos o a todo aquel que haga un botellón en la calle, por qué no a quienes nos visitan», se preguntan los vecinos del casco histórico abrumados por lo que está ocurriendo estos días.

Mientras tanto, está anunciada para el próximo lunes la presentación de una amplia campaña informativa del Concello para advertir a los visitantes, incluso ya en sus puntos de origen y a través de los diferentes Caminos de Santiago en el caso de los peregrinos. Pero ante el cariz que están tomando los acontecimientos que quiebran la convivencia en la ciudad, el bipartito local puede empezar, al mismo tiempo, con la imposición de multas a los casos más graves o en los reiterativos.

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FUENTE: LA VOZ DE GALICIA