Los frutos del Año Santo Compostelano
Escrito por Ernesto Diaz el 7 de febrero de 2023
El cierre de la Puerta Santa compostelana, el pasado 31 de diciembre, coincidió con la muerte el mismo día del gran Pontífice –y peregrino a Santiago en el año Santo de 2010– Benedicto XVI. Tuve la dicha de estar en ese encuentro con el Santo Padre en la plaza del Obradoiro, cuando presidió la Santa Misa y profirió una homilía excepcional. Desde luego el impacto fue formidable, como también el haber estado en 1989 –en el Monte del Gozo, por ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud– con san Juan Pablo II, también peregrino a Compostela en el Año Santo de 1982 (en el mes de noviembre, creo que el día nueve).
El Próximo año jubilar compostelano será el 2027 y antes habrá jubileo romano: toca en el 2025; y habrá también acontecimientos eclesiales de importancia en estos tiempos de incertidumbre en los que la esperanza es virtud –además de teologal– necesaria más que nunca.
El día 7 de enero pasado, en Ayegui, cerca de Irache, en Navarra, vi pasar el primer peregrino de este año por la calle del Camino de Santiago. Lo saludé con el consabido ¡Buen Camino!, y… no me entendió, el más madrugador de los romeros hacia Compostela.
Con perspectiva, podemos decir del Año Santo 2021-2022 que ha sido –faltaba más– año de gracias especiales y de frutos visibles o invisibles, pero de gran alcance en la vida de la Iglesia. La Oficina del Peregrino de Santiago nos ha ofrecido un adelanto del número de ‘compostelas’ –el certificado de haber realizado con espíritu cristiano la peregrinación con al menos cien kilómetros a pie, o doscientos en bicicleta o a caballo– con un censo aproximado de 435.000 acreditados. Entre los mismos, los nuestros matrimoniales junto al grupo familiar de sesenta componentes, organizado desde la Universidad de Navarra, que comenzando en la localidad francesa de Le Puy, en tramos anuales, llegamos a la Puerta Santa en junio de del año pasado.
Lógicamente ha sido mucho mayor el número de los que han realizado la peregrinación con otras modalidades y distancias e incluso con las mismas exigencias pero sin haber requerido la acreditación. La ciudad del Apóstol ha estado a rebosar y las celebraciones litúrgicas y actos de culto han sido frecuentes y en general bien preparados. Han estado a la altura el Arzobispo don Julián Barrio –con relevo próximo por razones de edad–, el Cabildo con don José Fernández Lago como deán, la Archicofradía presidida por Francisco Durán, instituciones eclesiales de España y muchos países.
FUENTE: EL DEBATE