❄️ El Camino de Santiago en invierno: lo que nadie te cuenta
Hay decisiones que uno toma casi sin pensarlo, y caminar el Camino de Santiago en pleno invierno es una de esas que pueden sonar un poco locas… hasta que lo haces. Yo he coincidido con peregrinos que se lanzaron entre nevadas, y la frase que más escuché fue: “Es duro, pero merece la pena de verdad”.
El Camino en invierno no tiene nada que ver con el de verano. No solo cambia el clima: cambia la forma de caminar, la relación con el paisaje y hasta la manera de convivir con otros peregrinos. Es una experiencia más íntima, más exigente y, si me lo permites, más auténtica.
🌬️ 1. La soledad del Camino: vacíos que se disfrutan (y otros que impresionan)
Una de las primeras cosas que notas es el silencio. Cuando sales del albergue a primera hora, ese aire frío que corta la respiración y las calles todavía oscuras te obligan a caminar más atento. No hay grupos grandes, no hay turistas, no hay “ruido”.
Recuerdo llegar a Rabanal del Camino a finales de enero y ser literalmente el único peregrino hospedado allí. El hospitalero me dijo:
“En verano, esto parece otro planeta.”
Ese contraste hace que el invierno sea ideal para quien busca un Camino más introspectivo, sin prisas y sin multitudes.
🥾 2. El clima: frío, lluvia y momentos mágicos
No voy a engañarte: el frío se siente, especialmente en zonas como O Cebreiro, el Alto del Perdón o la Meseta en días ventosos. He vivido etapas en las que el agua se colaba por las botas y otras en las que el sol, a eso de las 12 del mediodía, parecía un regalo de otro mundo.
Lo bueno del clima invernal es que el paisaje se vuelve más dramático:
- Nieblas que cubren pueblos enteros
- Bosques completamente vacíos
- Montañas blancas en los tramos más altos
- Atardeceres que duran pocos minutos pero que compensan todo
Hay días duros, sí, pero también otros en los que sientes que tienes el Camino solo para ti.
🛏️ 3. Albergues: lo que realmente está abierto en invierno
Este punto es clave.
No todos los albergues abren en invierno, pero los que lo hacen suelen ser los municipales y algunos privados que trabajan todo el año.
Mi recomendación (basada en la experiencia y en los errores de otros peregrinos):
- Llama antes de llegar: muchos hospitaleros atienden bajo demanda.
- Ten siempre una segunda opción de alojamiento por si el primero está cerrado.
- En pueblos pequeños, pregunta en bares o tiendas: siempre saben quién abre.
En el Camino Francés el invierno es perfectamente posible, pero en rutas como Primitivo o Norte conviene organizarlo mejor.
🍲 4. Alimentación y energía: el invierno exige más
Cuando caminas en invierno, comes de otra manera. El cuerpo te pide más calorías: sopas, guisos y menús abundantes.
He encontrado bares cerrados en mitad de la etapa, así que nunca salgas sin:
- Frutos secos
- Un sándwich
- Chocolate o barritas
- Agua (aunque no tengas sed, deshidratarse es muy fácil con frío)
Algo curioso del invierno: el café caliente por la mañana sabe distinto, como si activara el ánimo más que en verano.
🧭 5. Seguridad: lo que de verdad preocupa en invierno
Aquí sí que no conviene improvisar.
El Camino en invierno ES seguro, pero requiere sentido común:
- Evita caminar en zonas nevadas sin información previa.
- No hagas etapas maratonianas si hay pocas horas de luz.
- Lleva móvil cargado y batería externa.
- No arriesgues en descensos helados: he visto caídas tontas que acaban mal.
- Si el tiempo se pone feo, no pasa nada por parar un día entero. Nadie te quita la Compostela por eso.
El tramo más delicado suele ser la subida a O Cebreiro si ha nevado fuerte.
En esos días, incluso los locales te dicen:
“Hoy mejor espera.”
🎒 6. ¿Qué llevar? La lista que realmente funciona
No hace falta llevar media casa, pero sí lo esencial para no sufrir:
- Forro polar + capa térmica
- Chubasquero de calidad (los malos son una pesadilla)
- Botas impermeables que ya conozcas
- Gorro y guantes
- Saco de dormir caliente
- Toalla de microfibra (se seca rápido en días fríos)
- Una linterna frontal (amanece tarde)
- Bastones, muy útiles en terrenos húmedos
Lo que más agradecí personalmente fue llevar calcetines de repuesto. Si se mojan, el día se complica.
💬 7. ¿Merece la pena hacer el Camino en invierno? Mi opinión sincera
Si buscas comodidad, quizá no.
Si te gusta caminar con buen tiempo, tampoco es tu momento.
Pero si quieres un Camino:
- Silencioso
- Sin prisas
- Más espiritual
- Más duro
- Más “de verdad”
… entonces el invierno tiene algo especial.
No se lo recomendaría a cualquiera, pero para quien está preparado, puede convertirse en uno de esos recuerdos que te acompañan toda la vida.
⭐ 8. Consejos finales (los que de verdad marcan la diferencia)
- Empieza siempre temprano: la luz es tu mejor aliada.
- No te fijes solo en los km: fíjate en el desnivel y en la previsión.
- Habla con hospitaleros: en invierno saben exactamente qué esperar cada día.
- Acepta que el ritmo será diferente: el Camino te lo marca el clima.
- Disfruta de los pueblos vacíos: es un lujo difícil de repetir.
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