Villafranca del Bierzo, “la pequeña Compostela”
Escrito por Ernesto Diaz el 24 de octubre de 2022
Pasear por Villafranca del Bierzo, «la pequeña Compostela», es introducirse de lleno en el ambiente peregrino del camino de Santiago. Descubrir sus palacios y casas blasonadas que nos hablan de épocas de esplendor es como dar un paso atrás en el tiempo, pero sobre todo sentir el peso de las vivencias de quienes, camino del Campo de la Estrella, pisaron esas mismas piedras durante muchos siglos, produce una inexplicable sensación de fascinante conexión entre el tiempo pasado y el presente.
Desde lo más alto, nos contempla su imponente castillo, un castillo bellísimo y singular, con torreones redondos y unas rotundas paredes que se mantienen tercamente en pie, a pesar de su más que aparente abandono y de haber sido saqueado e incendiado por las tropas napoleónicas.
Su torreón principal es conocido también como el torreón del crimen. Cuenta la leyenda que don Fadrique, uno de los señores del castillo, se enamoró perdidamente de la esposa de uno de sus alguaciles. Aunque intentaron mantener su amor en secreto, el alguacil los descubrió una noche compartiendo lecho y trató de matar a los amantes, pero don Fadrique fue más rápido y lo apuñaló a él. Después. los amantes intentaron huir en medio de la oscuridad, pero ella tropezó y se cayó sobre el mango del puñal que sobresalía del pecho de su marido muerto.
El golpe fue tan fuerte que en el pecho de la esposa infiel quedó marcado el sello que coronaba el mango del puñal, con el escudo del conde. Cuentan que los amantes consideraron ese hecho como una señal divina y que, arrepentidos, salieron huyendo cada uno por un lado. El marqués volvería años más tarde a Villafranca, pero no para habitar en el castillo sino para enclaustrarse y morir en «Las Lauras», uno de los conventos cercanos.
FUENTE: COPE.ES